Síntomas de Daño

Los síntomas anatómicos y de crecimiento inducidos por los herbicidas auxínicos en especies vegetales sensibles son similares a los síntomas inducidos por la aplicación de altas dosis de IAA. Con dosis crecientes, los síntomas de daño incluyen acopamiento (forma de copa) y malformación de las hojas, tallos quebradizos, malformados y retorcidos y, en general, un crecimiento anormal en plantas susceptibles (Figura 3 a-i). El crecimiento de las hojas terminales se detiene. Además, se presenta una proliferación de tejidos a lo largo del tallo, iniciándose en las puntas, continuando después en los nudos y finalmente en todo el tallo. Esto da como resultado el bloqueo de los tejidos del floema y el xilema. Mientras tanto, ocurren también síntomas de epinastia, encorvamiento y resquebrajamiento de los tallos (ligar al video sobre la muerte de una planta de tomate asperjada con 2,4-D).

Las raíces presentan engrosamiento e inhibición del crecimiento. Asimismo, se desarrollan raíces adventicias que rompen el floema y la corteza, lo que eventualmente resulta en la ruptura de la epidermis de los tallos. Los síntomas normalmente aparecen a las pocas horas o algunos días después de la aplicación, aunque la muerte de la planta puede ocurrir varias semanas o aún meses después. Haga click en la siguiente Figura para ver una animación sobre la forma en que las auxinas causan algunos de los síntomas descritos. Animación 1: Descripción general de la acción de los herbicidas auxínicos.

En general, las gramíneas son tolerantes a los herbicidas auxínicos pero pueden ser dañadas si éstos son aplicados en etapas de rápida división celular (por ejemplo, durante el amacollamiento o la floración) o de crecimiento acelerado (por alta temperatura y humedad en el suelo, etc.) (Figura 3). En maíz y sorgo, las hojas pueden tornarse quebradizas después de la aplicación de un herbicida auxínico. Después de la aplicación de 2,4-D, el trigo y el arroz pueden exhibir espigas malformadas o con la apariencia de haber sido atacadas por alguna plaga.

Los cultivos de hoja ancha como el algodón son especialmente sensibles a la exposición por acarreo de 2,4-D, 2,4-DB y triclopir aplicados en cultivos cercanos. Las hojas del algodón se angostan (hoja de okra) y muestran una apariencia rugosa, mientras que los capullos o bellotas pueden presentar una apariencia afilada. El cultivo puede superar los daños del herbicida si la concentración por acarreo es baja. Sin embargo, si la concentración acarreada es lo suficientemente alta, la etapa de madurez se retrasa y el rendimiento se reduce. Algunos cultivos como la soya, el cacahuate y la alfalfa son tolerantes al 2,4-DB porque no lo convierten a 2,4-D, como sucede en las plantas susceptibles. Sin embargo, la soya puede mostrar hojas rugosas y onduladas después de la aplicación del 2,4-DB, aunque posteriormente supera estos síntomas de daño.

 

* Esta animación no tiene audio. *

Figura 3a: Actividad en dicotiledóneas 1. Tallos hinchados y retorcidos en soya.

Figura 3b: Actividad en dicotiledóneas 2. Hojas malformadas y arrugadas en soya.

Figura 3c: Actividad en dicotiledóneas 3. Tallos retorcidos y encorbados (epinastia) en soya.

Figura 3d: Actividad en monocotiledóneas 1. Hojas enrolladas en maíz.

Figura 3e: Actividad en monocotiledóneas 2. Enrollamiento severo de hojas en maíz. El meristemo del jilote puede no emerger.

Figura 3f: 2,4-D en quelite. Tallos retorcidos y encorvados (epinastia).

Figura 3g: 2,4-D en maíz. Tallo encorvado y raíces adventicias fusionadas.

Figura 3h: Dicamba en maíz. Desarrollo pobre de raíces adventicias.

Figura 3i: Dicamba en soya. Hojas arrugadas y malformadas.